Los efectos preventivo-medicinales del Tai Chi Chuan sobre el sistema respiratorio

por Liang Puwan - Publicado en la revista española Tai Chi Chuan Nº2 – Invierno de 2004.



Entre las enfermedades del sistema respiratorio tenemos las infecciones de las vías respiratorias, la traqueitis, el asma bronquial, la tuberculosis pulmonar, etc. Sin embargo, la más frecuente y que todos hemos padecido alguna vez en la vida es el resfriado común. El resfriado lleva aparejado congestión nasal, dolor de cabeza, dolor de garganta y fiebre; y puede provocar otitis, rinitis y neumonía. Más raramente puede ser el origen de traqueitis, amigdalitis, enfisema pulmonar, cardiopatía de causa pulmonar e incluso causar nefritis y artritis aguda entre otras complicaciones.

De ahí sabemos que el resfriado puede ser el origen de miles de enfermedades. Al reducir los riesgos de padecerlo también se están reduciendo las posibilidades de contraer una serie de enfermedades relacionadas con él. La práctica del Taijiquan nos ayuda a fortalecer nuestras defensas y a prevenir el padecimiento de resfriados que pueden provocar las dolencias citadas.

¿Cómo ayuda el Taijiquan a prevenir las enfermedades del aparato respiratorio y a mejorar la función pulmonar?

Si practicamos con frecuencia deportes al aire libre, nuestro sistema inmunológico se fortalece notablemente, a la vez que adquirimos una mayor adaptabilidad a las variaciones de temperaturas externas. Ante la amenaza del frío los poros cutáneos se contraen y la red vascular superficial drena a la red vascular profunda, lo que mejora la regeneración celular, aumenta la prevención reactiva y mejora la regulación de la temperatura corporal. Debido a estos factores, las posibilidades de contraer un resfriado disminuyen.

Cuando alcanzamos la madurez, la calcificación de los cartílagos costales limita la movilidad de la caja torácica y aumenta la fibrosis pulmonar dilatando los alvéolos pulmonares. Esto causa en las personas mayores enfisema pulmonar y disminución de la función pulmonar, lo cual obstaculiza la respiración, daña los capilares pulmonares, origina resistencias en las arterias pulmonares y puede causar cardiopatías.

La práctica habitual del Taijiquan u otra actividad similar ayuda a mejorar la función pulmonar potenciando los músculos intercostales; impide la hipertrofia de las fibras musculares pulmonares con unos músculos fuertes y sanos y con una buena movilidad de la caja torácica; y ralentiza la calcificación de los cartílagos costales favoreciendo la actividad pulmonar. Por lo tanto mejora la función de intercambio de oxígeno. Una gran capacidad pulmonar es un signo externo del buen funcionamiento de los pulmones. Según los datos del Centro de Estudios de Medicina Deportiva de Pekín, de una muestra de población de individuos de unos cincuenta años que no practican el Taijiquan, la capacidad pulmonar media era de 2.193 ml. Sin embargo en una muestra de similares características con practicantes habituales de Taijiquan, la capacidad pulmonar media era de 2.525 ml.

El Taijiquan no sólo hace aumentar la capacidad pulmonar, sino que debido a la utilización de una respiración profunda, mejora el intercambio de oxígeno en los alvéolos. Una persona normal tiene un promedio de 12 a 18 respiraciones por minuto, mientras que el de un practicante habitual es de 10 a 12. El oxígeno de cada inspiración no pasa totalmente a los alvéolos para ser intercambiado, hay entre 120 y 150 ml que se quedan en las vías respiratorias. La respiración alveolar es igual al volumen de cada inspiración o espiración en relajación menos el aire que se queda en las vías multiplicado por la frecuencia respiratoria. Así, aunque la frecuencia respiratoria sea mucho mayor, la respiración alveolar es notablemente menor en una respiración superficial que en una profunda. En cada movimiento respiratorio llega a intercambiarse aproximadamente 1/7 del CO2 de los alvéolos. En una respiración profunda la fracción de intercambio aumenta. Respirando menos veces se permite que los músculos puedan relajarse lo suficiente, se fatiguen menos y ayuden a mantener la función respiratoria más tiempo. Por eso a las personas mayores, después de las prácticas, no se les nota una respiración forzada.

El Taijiquan se compone de movimientos suaves y flexibles que relajan todo el cuerpo, dilatan los capilares pulmonares, aumentan el riego sanguíneo y permiten una circulación fluida. También aumentan la temperatura puntualmente, lo que provoca un desplazamiento de la curva de disociación de la hemoglobina hacia la derecha en los tejidos: la sangre libera más oxígeno de lo normal intercambiando más CO2, lo que permite una mayor regeneración celular por todo el cuerpo. Por todo ello, aumentan las defensas, se mejora la actividad cardiovascular y aumenta el riego sanguíneo de los linfocitos abdominales. Asimismo, se produce un mayor intercambio en los alvéolos y en la sangre, lo que mejora a su vez la elasticidad pulmonar y facilita una mayor absorción de secreciones infecciosas. De ahí los efectos medicinales del Taijiquan para la neumonía, tuberculosis, pleuritis o pleuresía. Como la respiración es controlable, podemos controlar la profundidad de cada respiración. Según estudios realizados, se pueden relajar los nervios, suavizar los bronquios y relajarlos, relajando a su vez los bronquiolos. Esto disminuye las posibilidades de padecer asma bronquial y también previene el edema pulmonar.

En la fisiología humana existen dos formas de respiración: torácica y abdominal. Normalmente ambas conviven. El Taijiquan utiliza la respiración abdominal, bajando el oxígeno hasta el dantian. Además, en la respiración abdominal el porcentaje de oxigenación es mayor que en la respiración torácica. Cuando la fluctuación muscular diafragmática transversal estira un centímetro, cada inspiración aumenta en 250 ml aproximadamente. La respiración abdominal se produce por los ascensos y descensos del diafragma, que hacen que la pared abdominal fluctúe. Así el consumo de oxígeno y calórico es menor. La respiración torácica la producen los músculos dorsales, que causan fluctuaciones en el tórax. El consumo de oxígeno y calórico es mayor que en la respiración abdominal.

Cuando se inicia la práctica del Taijiquan uno no debe forzar la respiración abdominal, sino que tiene que respirar de la forma más natural posible. Nunca se debe contener la respiración, porque eso altera la actividad sanguínea. Normalmente la presión de nuestro tórax es más baja que la presión de oxígeno, lo que favorece la circulación venosa hacia el corazón. Sin embargo, cuando se contiene la respiración, la presión en el tórax aumenta, por lo que la circulación venosa no es suficientemente fluida. Esto provoca una disminución del riego sanguíneo y cerebral que, al no alcanzar el nivel necesario, puede llegar a producir mareos. Por eso el practicante sólo debe armonizar la respiración abdominal con los movimientos una vez que domine todos los pasos del Taijiquan.

Traducción del chino: Shen Li. - Revisión de terminología médica: Matías Ruíz Begué.
Liang Puwan es acupuntor y terapeuta de medicina tradicional china, y profesor de Taijiquan de los estilos Chen y Yang, que aprendió con Lei Muni.

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